El poder de los morrones. Ya van once en Sierra Elvira.

Pedro Chito

¡Fó!, ¿Cómo te cuento yo lo de CxM Sierra Elvira?
En esto de las carreras por montaña coincides con gente increíble y vives momentos que difícilmente vas a llegar a vivir en cualquier otro deporte…
Eso nos pasa un poco con Sierra Elvira.
Allí andábamos, con una fina lluvia que aliñaba la mañana, buscando aparcamiento en el entorno de la ermita de los Tres Juanes. Aquel lugar hay que investigarlo y vivirlo bien, porque a poco que te asomas al abismo te encuentras con una panorámica de Granada difícil de mejorar. Aquel domingo no llegó a verse, pero para esas fechas suele lucir impoluta y de blanco Sierra Nevada.

Los más jóvenes gozaron de gran protagonismo

Sierra Elvira es famosa por sus morrones y porque ya es una de las carreras por montaña consolidadas de Andalucía. Este año el amigo Peula dejaba en manos de Neftalí la dirección de carrera. Pero cuando tienes un equipo que lo puede casi todo no importa que el reto sea enorme.

El sol no se atrevía a asomarse y dimos la salida a la carrera larga. A continuación la Open, junior y cadete. Como siempre, en Sierra Elvira se cuida a la cantera. Tienen su momento y su protagonismo. Trabajan continuamente por el fomento del deporte base. Hay que quitarse el sombrero.

Zaid, intratable

En la línea de salida veíamos nombres como Zaid, Iván, Merci, Isa Carrillo, Sofía García, Jacob, El Chileno… Todos los ingredientes para que saliera un carrerón. En cadetes la cosa iba a estar dura también.
Finalmente la victoria fue para Zaid, seguido de Iván Ortiz y Jacob y en féminas vimos a una espléndida Merci, que consiguió sacarle como un minuto a Sofía y por detrás Sigrid Averland.
La undécima edición nos dejó momentos preciosos de convivencia, con tres arroces distintos y con una zona de esparcimiento muy animada donde se hablaba un poquito de todo. Era aquel el momento para arrepentirse de todo y para maldecir a los tres famosos morrones de Sierra Elvira.
Porque esta carrera al principio parece que se deja correr, puede llegar a parecer incluso amable, pero de mitad de carrera en adelante (sólo tiene usted que ver el perfil) se pone flamenca con la subida a esos tres morrones con sus correspondientes bajadas. A la llegada entre unas cosas y otras siempre se ven las habituales imágenes donde una rampa o un calambre se apoderan de las piernas de una criatura.
Pero eso sí, ante todo buen humor, buen tono… mucha alegría.

En féminas estuvo todo en un pañuelo. Puro espectáculo.

Porque yo estoy convencido de que la “malafollá granaína” es una leyenda urbana. Porque donde va el Club Atletismo y Montaña de Atarfe suelen ir un par de neveras con muchas cosas ricas para picar, para compartir y, por supuesto, una alhambra bien fresquita que nos recuerda que estamos en la capital mundial de las tapas: Granada.

En la entrega de trofeos pasamos un poquito de fresco, pero nos lo quitamos aplaudiendo a los triunfadores de la prueba y degustando un platito de arroz recién hecho. ¿Quién da más?

Sierra Elvira siempre es una fiesta

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