Jimera Tres Trails – La magia sin el tren

Pedro Chito

El miedo estaba ahí. El temor a perder la esencia. Pero en el fondo, tanto los organizadores como todos los que, alguna vez, hemos vivido Jimera Tres Trails, sabíamos que la verdad de esta carrera no está en ninguno de los más de 70 kms que recorre. La magia está en la convivencia, en el rato del bar, en la tertulia, en el café… la magia está en pasar un fin de semana de pura y dura convivencia.
Así las cosas este año no contábamos con tren, pero sí volvíamos a contar con gente. Mucha gente con ganas de divertirse.

La primera etapa, denominada “Fray Leopoldo” tenía la difícil misión de sustituir a un espectáculo paisajístico como son “Las Buitreras” y la zona de ribera de la Cañada del Real Tesoro. Y lo consiguió con creces. Un perfil exigente que llevó a los corredores hasta Atajate, bajando por la dorsal de la Sierra de Benadalid y enganchando con el camino que originalmente traía la etapa de “El Tren” hasta la Estación de Jimera de Líbar.
En meta se repetía la historia del año anterior, el durqueño Jacob Gutierrez se imponía en la línea de meta dando un verdadero recital a pesar del empuje de sus dos máximos rivales durante todo el fin de semana: Joaquín Guerrero y Viriato Ruiz.
Poco pudieron hacer el zahareño y el rondeño-manchego ante el empuje de un corredor que, definitivamente, parece de otra galaxia. Jacob tiene ese puntito de calidad y yo no sabría si achacárselo a la genética o a su forma de ser.

Por detrás las féminas peleaban por empezar la carrera con buen pie, pero lo único cierto es que Sonia Vizcaíno había sacado las garras desde el minuto uno y lo demostró llegando a meta como primera clasificada y metiéndole la friolera de más de 20 minutos a la segunda que fue la corredora del Cima 2000 Herminia Arcos. Como tercera clasificada entró la onubense Ana Adame.

La mañana fue de buena convivencia y la explanada de la plaza de la Estación, así como el Bar de Paul (El guiri) se iban llenando de criaturas que iban compartiendo las vivencias en el primer envite de Jimera Tres Trails.
“Todavía queda mucho” era lo que más se escuchaba por ahí. Y es que aunque habíamos terminado la primera de las etapas, llegar al domingo con fuerzas se antojaba una complicada misión.
Antes tocaría hacer la noche. 13 kms con un arreón inicial de los que te deja sin aliento. Una carrera donde, ya lo hemos visto alguna vez, si te cebas desde el minuto uno, corres el riesgo de echarlo todo a perder. Es mejor salir suave, siempre de menos a más… probando al cuerpo. Siendo consciente en todo momento de que todavía queda la más dura de las peleas.
Panorama casi calcado en lo que se refiere a clasificaciones, pero con menos tiempo de diferencia entre los contendientes. Jacob volvió a imponerse en una distancia que parece controlar bastante bien mientras Guerrero y Ruiz Villegas le apretaban las tuercas tanto como podían por detrás.

En chicas Sonia Vizcaíno volvió a mostrarse intratable mientras que Ana Adame conseguía recortar un minuto con Herminia. Las espadas en todo lo alto por el segundo y tercer puesto del cajón femenino.
El cansancio empezaba a hacer mella.

Como ya sabréis, en Jimera Tres Trails se puede correr “Sólo la noche” y de hecho hay una categoría que se llama así. En este sentido sólo podemos felicitar a Pincho Mirones y a Verónica Mena por el carrerón que hicieron y por proclamarse vencedores de esta corta pero intensa aventura. La noche tuvo un marcado color “Rojo Harman”, enhorabuena.

La noche se alargó para algunos que le echaron valor a las últimas cervezas del día mientras charlaban animadamente en corrillos. El silencio se fue apoderando de la carpa y el despertador sonó temprano una vez más. Tocaba la etapa más dura, pero la más bonita. Tocaba un clásico: “Yo tenía que haber dejado piernas para hoy, pero estoy tieso”. Tarde querido amigo, querida amiga. En Jimera Tres Trails una de las mejores decisiones que se pueden tomar es “mimarse a uno mismo/a” y el domingo prepararse para darlo todo. Llegar al Puerto de Líbar tras ocho kilómetros de subida criminales y tener la sensación de contar con fuerzas es una experiencia que todo “Jimerista” debería vivir.
Con todo por la mañana se notaba y mucho uno de los grandes aciertos de Jimera Tres Trails en esta edición: Pedir a todos los participantes una maratón de montaña terminada para poder optar al sorteo.
Así las cosas, los perfiles más bajos (deportivamente hablando) en Jimera no eran tan bajos. Hasta la gente más lenta transmitía cierta fortaleza y seguridad.
Aquella mañana cuando el autobús dejó a los participantes cerca de la línea de salida, se notaba que la gente estaba fuerte y que había muchísimos menos retirados que otras ediciones anteriores.
A la hora prevista dimos la salida y desde el coche íbamos viendo como una serpiente multicolor iba subiendo desde la Cañada del Real Tesoro hasta Cortes de la Frontera y desde Cortes hasta el Puerto de Líbar. Puro espectáculo.

¿En meta?… Pues… ¿Te lo imaginas, verdad? Jacob Gutierrez sacó de punto  a todo el mundo y volvió a imponerse en meta. Joaquín demostró una fortaleza extraordinaria aguantando el empuje de la gente que por detrás había guardado fuerzas para el último día. Vimos finísimos a Aguilar Conejo, Alfi, Benjamín… Viriato se desmoronó, pero aguantó el tipo con una raza increíble y consiguió sujetar el tercer puesto tan peleado durante todo el sábado.

En mujeres Sonia seguía mandando con muchísima autoridad. La corredora de La Senda hizo sus tres carreras disfrutando de hacer buenos ritmos y también de ir cómoda respecto a sus rivales.
Quien sí se vio obligada a retirarse fue Herminia, que después de hacer dos etapones tuvo que entregar la cuchara a consecuencia de un problema físico. Por detrás María León sacaba las garras y toda la fuerza que no gastó el sábado para conseguir un meritorio segundo puesto. En la lucha por el tercero estuvieron Sandra Calleja y Ana Adame. La corredora onubense sudó sangre, pero supo aguantar el tercer puesto en la “Tres Trails”.
Puro espectáculo el que dieron las féminas.

Y es que Jimera nunca decepciona. La primera vez que el creador de esta carrera, Ildefonso Cózar me habló de la misma me dijo: “Esto es para venir a disfrutar, no a competir”. Y no se equivocaba. Da igual si hay tren o no hay tren. Merece la pena vivir de punta a cabo Jimera Tres Trails.
Especial mención a Jesús Casillas que se ha encargado, con la colaboración del ayuntamiento, de mimar cada detalle  para los que los participantes de esta prueba se sintieran como en casa.
Y así sucedió. El domingo nadie quería irse. Todos estábamos con aquella extraña sensación de vacío que te deja esta experiencia.
La tarde se convirtió en una fiesta para todos los voluntarios que, poco a poco, iban volviendo de sus puestos en la montaña para celebrar que todo había salido bien.
Nosotros hicimos la maleta, nos montamos en el coche y volvimos para Ronda.
Ojalá el año que viene volvamos a escuchar el “Pasajeros al tren” que tanto hemos echado de menos en esta edición, pero que no ha sido óbice para que Jimera Tres Trails volviera a ser un éxito.

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