Desde que era un chaval tengo algo especial con este rincón del mundo. Cada vez que salgo de allí tengo la sensación de dejarme algo detrás. Un trozo de mi.
Eso siento cuando miro sus montañas: El majestuoso Martín Gil, el imponente Palo, el Conio y todas las sierras que rodean ese valle me hacen sentir minúsculo.
Esta carrera tiene cosas muy buenas y cuestiones mejorables, pero lo que está claro es que el ambiente siempre es de lujo. A las diez menos algo cogíamos el tren en la Estación de Jimera. Dos paradas hasta llegar a la Estación de Gaucín. Empiezan los nervios y el puntito de ansiedad. La gente está feliz y eso se nota en las caras. Fran Pazo habla con algunos compañeros antes de salir. No para de reír y bromear. Por otro lado Dani Román tiene la mirada perdida en el fondo de la calle. Por allí andaba Jacob, un chavalote de Dúrcal (Granada) que dicen que promete. Cuenta atrás y sale la carrera disparada.
Menudo espectáculo. Van a tope hasta los del vagón de cola. Nos vamos corriendo a Jimera que van volando.
Los pronósticos no defraudan, la primera etapa la gana Jacob, con cierta superioridad sobre segundo y tercero. Empieza la fiesta de corredores, familiares y amigos en la plaza de San Roque y a la sombra del Bar Alioli.
En féminas Kirsty Brown se alza con la victoria. La corredora del Deportemanía lleva unos cuantos meses haciendo carrerones impresionantes y tal vez Jimera sea un buen sitio para poner la guinda al estado de forma. Viene de correr Sierra Blanca y de ponérselo muy difícil a Sonia Vizcaino. Kirsty no pierde la sonrisa y sonríe… aunque exhausta.
La noche es un polvorín. Una carrera que no sale, estalla. Así salió, fortísima. Con Dani Román otra vez poniendo la directa y sacando lo mejor de sí mismo en los primeros metros. En el bucle Jacob empieza a posicionarse. Por detrás Nono, Pazo y algunos favoritos más trabajan para no desengancharse.
Al final vuelve a imponerse en meta el durqueño Jacob Gutierrez. Román entra segundo en meta y felicita al justo ganador de la prueba: “Este tío está muy fuerte” asevera el ubriqueño. ¡Qué bonito el duelo entre ambos y Nono!
Kirsty Brown vuelve a imponerse a Erika y a Belinda Ortiz. Parece que no va a perdonar ni una.
A la mañana siguiente el tren era el mismo, la hora era la misma, pero las caras eran otras. Los corredores llevan la marca ya de una maratón de montaña en la cara. No ha habido mucho tiempo para recuperar, ha habido alguna cerveza de más y el descanso ha sido escaso, pero ahí está la mayoría, dispuesta a coger el tren.
La carrera sale a otro ritmo, con otro trote, más suave porque nada más salir se empieza a subir como en busca de Cortes y de Cortes de la Frontera hasta ponerse a cota de los llanos de Líbar (1000 mts). Un regalito para los 9 primeros kilómetros.
En la meta la misma ilusión del día anterior. Familia, niños, amigos, paisanos… todos a la espera de ver qué pasaba con los primeros. La previsión de lluvia el sábado desapareció hasta las 16h. Todo controlado.
De nuevo en meta se impone Jacob Gutierrez. Todo humildad, pero a la sazón, todo poderío. Kirsty hace lo propio, pero esta vez trae en la cara la marca de un esfuerzo brutal. Viene seca. Lo ha dado todo. La corredora, con el aliento perdido y como puede, le dedica la victoria a sus padres. Su madre gasta media sonrisa y mucha emoción al escucharla. Es un momento bonito para la corredora.
En la entrega de premios se hace el reconocimiento a los corredores y corredoras locales. Alguno ya va por dos platos de callos mientras Cristina y un servidor nos apretamos una rosquita en el horno de casa de mi hermana y mi cuñado que prácticamente ya son dos jimeranos más. La tarde se cierra.
Caen chispitas de agua.
La Estación de Jimera vuelve a ser el rincón de paz que era el jueves. Paro el coche y observo el Martín Gil. He subido más de 50 veces a esa inmensa mole caliza y nunca deja de sorprenderme.
Nos vamos rápido para Ronda que hay que preparar el directo.
Carrera de montaña por etapas que tiene en su eje al club Puraventura, a Jesús Casillas y a un Ayuntamiento que cree en su carrera.
Para ser aún más grande necesita un tren mucho más grande. Ojalá alguna vez lo consigan.