Los secretos del Territorio Eurafrica
A que os habéis preguntado alguna vez ¿Por qué demonios llueve casi siempre en Bandoleros… o en determinadas cotas de la Serranía de Ronda?
¡Menuda historia de amor! La de las Sierras de Ronda, Líbar, Grazalema y Villaluenga es una preciosa historia de amor con la lluvia, con el agua, con la humedad y con una climatología que se puede definir como algo particularísimo.
Así las cosas me dispuse a preguntarle al reputado naturalista Carlos Guerrero por el Efecto Foehn del que tanto le he oído hablar. Después de darme dos o tres descartes via Whatsapp me dijo: ¡Chito, o me llamas o te llamo!
Y lo llamé. Mi intención era la de intentar explicaros qué circunstancias se dan en pruebas como UTSB, Trail de Grazalema o Urbana de Villaluenga. Intentar responder a la pregunta de por qué llueve tantísimo en aquella zona. Al final, como siempre mi querido amigo y maestro Carlos Guerrero terminó contándome un montón de cosas más.
El puerto del Boyar es uno de esos lugares perfectos para ver el "Foehn"
“Ahí son los vientos los que juegan un papel capital” me contaba Carlos. “Concretamente el poniente es un viento caliente y húmedo que viene del Atlántico (de la zona de Cádiz y su costa) y que cuando llega a la zona de Grazalema y se encuentra con esas dos grandes moles de la Sierra del Pinar, Sierra del Endrinal o Sierra de los Pinos. Ahí el viento empieza a subir y se enfría, al enfriarse se producen esas nubes que suelen dejar tantas precipitaciones en toda la zona”.
Yo permanecía atento a lo que me contaba Carlos por teléfono, absorto por la magia implícita que el tema en cuestión tenía. Era casi magia blanca. Aire que se calienta y que se convierte en nube. – Pero, no lo entiendo Carlos. ¿Qué tiene que ver el frío con las nubes?– le apunté.
“Yo ahí siempre recurro al ejemplo de la olla exprés” – ¿La olla exprés…? Me va a estallar la cabeza– pensé.
“Cuando tú le quitas el pitorro a la olla exprés, el aire que sale por el mismo es transparente y está muy caliente, pero cuando miras hacia arriba y ese aire caliente se ha enfriado, se convierte en vapor… en nube, básicamente”.
Noto como se me dibuja en la cara la media sonrisa de quien lo entiende todo. ¡¡Por fin!!
La Sierra de Grazalema al atardecer con nubes entrando de poniente.
“Ese es el efecto Foehn o lluvia orográfica, así funciona. Esas son las primeras montañas con las que se encuentra el aire del Atlántico”
Mi mirada se perdía confusa en las imágenes del día anterior desde el Puerto del Boyar. Pero era una explicación convincente.
“Te diré más aún. Mucho peor es la lluvia orográfica en la zona del Endrinal que en la zona del Torreón. Y nada desdeñable en la zona de la Sierra de los Pinos y el Martín Gil. ¿Conoces el refrán que dice…? Si se nubla el Martín Gil, o llueve, o hace sol o sigue así. […] La lluvia siempre viene con el viento de poniente en la Serranía de Ronda, de hecho hay otro dicho popular o refrán que dice cuando con levante llueve hasta las piedras se mueven”
La manga de Villaluenga cubierta de nubes
–Y el levante entonces ¿Nunca puede traer lluvia?– pregunté en ese instante donde empiezan a asaltarte ideas y cuestiones una tras otra.
“Hay un sitio donde pasa,se combina este fenómeno con el reboque creado por el Efecto Venturi a consecuencia embudo del Estrecho. ¿Conoces la zona del Cobre, el bosque de la niebla o los llanos del Juncal al norte de Algeciras? Pues lo de las nubes allí pasa por eso; al entrar el levante por la angostura del Estrecho de Gibraltar, parte de ese aire revoca y se forma lo que se conoce en la zona del Genal como las barbas del levante. De hecho hay zonas en esos parajes de Los Alcornocales que, a buen seguro, tendrán una pluviometría muy superior a la de Grazalema, lo único que no hay un pluviómetro que las mida” apuntaba el amigo Carlos.
-Además de sobra conocidos son “el sombrero del Peñón de Gibraltar” o “las barbas del Jardón” en el Genal- asintió con seguridad. “Son nubes que se acumulan con formas pintorescas y muy propias de esas zonas en concreto. La naturaleza es un espectáculo Chito… la cosa es saber contemplarlo”.
Una vista del Pinsapar, El Torreón y a su espalda un mar de nubes.
Mientras Carlos me contaba aquellas cosas permanecía al otro lado del teléfono absorto imaginando cómo ocurría todo aquello en las montañas y disfrutando de la narración de por qué son especiales esos montes y cordeles que forman la Serranía de Ronda, la Sierra del Grazalema y el Territorio Eurafrica.