Bandoleros. Sangre, sudor y Sierra

Pedro Chito

Bandoleros de Grazalema

Bandoleros no se puede resumir, porque son 42 horas.
42 horas en las que los deportistas que participan se someten a un encuentro con ellos mismos, con la montaña y con el mundo que los rodea.
Bandoleros es una prueba que al final aspira a lo que aspira… Aspira a celebrarse.
Y así un año…y otro y otro.
Y aunque duele, aunque 100 millas te dejan para el arrastre, Bandoleros tiene el honor de contar con un público fiel y fuerte que repite cada mes de marzo.

Para mi Bandoleros empieza con una parada en Ubrique. Desde hace unos años, el mismo día de la prueba, procuro almorzar y relajarme un rato por allí. Este año con el amigo Juancho.
Pusimos rumbo a Prado del Rey. Desde que aterrizas en la Plaza de la Constitución se palpa el nervio, la duda, la inseguridad, el “nuo” en el estómago se puede oler desde cualquier pueblo de la provincia de Cádiz. En las caras distingues perfectamente a un veterano de un recién aterrizado en las lides.
Tiempo de café, de infusión, de concentración para acercarnos a las 17:30 y empezar a pensar en entrar al corralito.
Cualquier cosa vale para ir matando al tiempo maldito… que pasa lento.

Prado del Rey

En estas que abrimos el control de dorsal y material y empieza a entrar la gente. Seis menos tres minutos y empieza a sonar “Alice in wonderland”. Tim Burton pone la nota exótica a tanta patilla y a la amalgama de nervios. Suena la música y en medio voy tratando de colocar las palabras exactas, de colocar al personal dentro de la carrera. Veo a Javi Corrales saltando. Sin parar. Ya no aguanta más. Quiere ponerse en marcha.
Ramón Castro hace lo propio. Respira. Resopla. Mira el reloj de la torre y el sol lo deslumbra. Un abrir y cerrar de ojos y casi estarán subiendo al Simancón desde el Endrinal. Un abrir y cerrar de ojos y toda esa euforia contenida se convertirá en silencio.
Alguien enciende un inoportuno petardo. No me gustan. Ni los cohetes, ni las tracas, ni los petardos. La pólvora, para mi, siempre está de sobra.

Sale la carrera y, sin comerlo ni beberlo, tu cabeza se va para el primer punto caliente de la carrera: “El Puerto del Boyar”. Allí como siempre iba a ser la primera criba. La de los que, por circunstancias diversas, tendrán que aparcar la ilusión y meter en sus alforjas la esperanza para años venideros.
Cuando llegas al Boyar, ya lleva el cuerpo un puyazo. Y es como si la carrera volviera a empezar de nuevo.
Yo aprovecho la ocasión que me brinda el tiempo y me siento con Cristina, Rocío y El Chileno a charlar. Nos damos una buena mano de hablar: sobre carreras, sobre viajes, sobre proyectos y sobre un tema que a ambos nos apasiona: La genética y las redes. Ambas funcionan igual. Necesitan tiempo y el esfuerzo de todas las partes.
Nos vamos a dormir que mañana será duro.
A las diez ya estábamos por la plaza y ya estaba la Bandolerita cerquita de ponerse en marcha.
La primera prueba puntuable en la copa andaluza de ultras.
Mientras en el monte se respiraban los primeros compases de las cien millas. Caía la noche, que nos dejaba imágenes preciosas, bajando al endrinal o en la “V” de Villaluenga. A la mañana siguiente, cuando vimos. algunas de las que hizo John Ortiz, nos quedamos boquiabiertos. Pura belleza.

Fotografía nocturna de John Ortiz. La bajada al Endrinal.

Todo preparado para lanzar la carrera. Los de la organización buscan a Miguel Ángel Pozo. Está entre los que salen con la Bandolerita, ha sido durante varios años director técnico y quieren que corte la cinta.
Miguel lo merece… y en ese sentido cabe poca discusión. Es un hombre que ha hecho mucho, mucho por UTSB.

Buen ambiente en la salida de la Bandolerita

El equipo de árbitros de la FAM

Miguel Ángel Pozo cortó la cinta de Bandoleros

Miguel corta la cinta. Ahora sí es el momento. Suena la cuenta atrás.
Arranca la Bandolerita.

Serán un puñado de horas de estar pendientes de las referencias que nos van llegando desde la sierra. Anoche ya sabíamos algunas novedades y nombres que quedaban fuera de combate por lesión u otros inconvenientes como por ejemplo Fran Pazo o Destrieux.
Bandoleros no perdona. Y un despiste, un tropezón o ir demasiado tiempo con la cabeza agachada nos puede mandar al palco rápidamente. Esa también es la gracia de este deporte. Hay muchos factores (no sólo la forma física) que entran en juego.
En el recorrido público a rebosar. Grazalema es un hervidero y las carreteras están llenas de coches.
Dorthe Dahl ha salido fuerte en lo que se refiere a mujeres de la Bandolerita. La internacional danesa tiene cierta predilección por la distancia y quiere hacer lo posible por llevarse la victoria en esta edición. En CMSB se veía venir que la cosa iba a estar entre Fabiola Arévalo, Irina Batyreva, Marga Torres y Patricia Sánchez. Era cuestión de tiempo y de ver cómo iban evolucionando a lo largo del recorrido.

Dorte pisando calizas. Foto: John Ortiz

El espectáculo del paisaje en Bandoleros

Ruben batiéndose con la Sierra

Llegaban las horas calientes y en línea de meta empezaba a notarse. La climatología favorable ayudaba a que la gente se moviera buscando un buen sitio en la terraza para ver llegar a los primeros clasificados.
La última referencia es que la carrera se le había puesto de cara a Alfi Sánchez Reina. Una joven escondía media sonrisa tras las palmas de sus manos, como queriendo ocultar una euforia de difícil contención. Era Laura, su chica. A lo lejos más amigos, más familia y los nervios propios de saber que hasta que no apareciera por la otra punta de la calle era mejor mantener la necesaria sobriedad.
Niños corriendo como almas que lleva el diablo. Al fondo aplausos. Una silueta con camiseta roja. Ahora parece que sí, parece que el corredor natural de Sierra de Yeguas se va a llevar a la talega la octava edición de Bandoleros.

Alfi, jefe de la partía

El feliz ganador de CMSB

Alfi nos cuenta su periplo bandolero

A partir de la llegada de Alfi fueron entrando en meta un rosario de corredores de las 100 millas. Entre ellos nombres como Chico Garrido, Tena Santos o Chiwy Iglesias… Hubo mucha guerra en las horas que duró CMSB, pero fue Alfi el que supo aguantar el tipo y esperar a su momento. Subiendo a Cortes fue donde decidió lanzar el ataque y a la caballería en busca, de vuelta, de la meta en Prado del Rey.

Chico y Corrales en meta

Toni Contreras, uno de los habituales

Decir Barrera es decir Real Betis

Llegando al atardecer

Con el Kapurro

Más gente disfrutona bandolera

Juande Mateos Garcés. Una institución en Bandoleros.

Gente muy fuerte en el cajón de Bandoleros. Desde el ilustre Juande Mateos Garcés hasta el mismísimo Juan Olmedo, como siempre los dos disfrutando de una de sus pruebas fetiche: Bandoleros.
Se echó la noche encima de nosotros y nos pilló con la resaca del calor que en algunos momentos llegamos a pasar en la línea de meta. Nos comunicaban que a escasos kilómetros teníamos a José Antonio Cuevas que estaba a punto de ganar la Bandolerita. El cordobés llevaba sufriendo casi desde Villaluenga el asedio de un hombre que peleaba para intentar enganchar con el cordobés, Manuel del Valle. Manu puso la carrera muy emocionante. Especialmente a partir de Grazalema, donde en apenas tres kilómetros (desde Grazalema al Boyar) le quito tres minutos a la diferencia con el primero. Pero Cuevas estaba jugando sus cartas. Sabía lo que venía a continuación y era consciente de que si sabía administrar sus esfuerzos la victoria era suya.
Así las cosas, José Antonio levantaba la cinta de esta manera en Prado del Rey, mientras por detrás Manu del Valle y Rubén Heemskerk vaciaban los depósitos antes de llegar a meta.

Cuevas ganó la Bandolerita

Esfuerzo y trabajo tras cada victoria

Jose Cuevas en plena "confeticidad"

Manu del Valle llegando vacío a meta

Un beso y un abrazo... así es la montaña.

Los tres primeros clasificados de Bandolerita

La meta de Bandoleros en plena noche

Era la hora de ellas, de las féminas. En principio de una mujer a la que no le queda nada que demostrar en este mundillo de las carreras por montaña. Dorte Dahl llevó la bandolerita bajo control desde el minuto uno. En la propia salida del pueblo ya había marcado diferencias con las rivales directas. Ese punto de calidad le sirvió a Dorte para encajarse en solitario en línea de meta con un tiempo de 11h 23 minutos y 24 segundos.
Se le notaba la alegría en la cara. A la danesa se le notaba en la cara que estaba feliz de ganar Bandoleros. Estamos acostumbrados a ver a esta corredora nórdica celebrar su victoria con cierta mesura. Dorte en Prado del Rey gritó, estalló en carcajadas y disfrutó como pocas veces la hemos visto.
Tras ella entró Cristina Arcas, con más de una hora de diferencia y Patricia Venegas que lo hizo en 12 horas y 45 minutos.

Dorte Dahl se impuso en la Bandolerita

La danesa feliz con su victoria

Patricia Arcas nos cuenta su experiencia

Patri Venegas, profeta en su tierra...

Y allí seguíamos pendiente de esa batalla entre Irina y Fabiola para saber, definitivamente, como quedaría el cuadro de honor de las 10o millas este año. Son carreras tan largas que en meta, con todas las cábalas que íbamos haciendo, nadie descartaba nada. Una pájara, una lesión, una rotura, una sobrecarga… te pueden dejar fuera de carrera después de más de 24 horas de paliza por el monte.
Finalmente fue la corredora rusa Irina Batyreva la que consiguió hacer buena la distancia que le sacó a Fabiola Arévalo, la segunda clasificada.
Por detrás no sabemos si hubo “pacto de no agresión” o que simplemente iban felices ambas juntas. Marga Torres y Patricia Sánchez entraban de la mano y trotando fuerte en la línea de meta de Bandoleros, poco después de las 12 de la noche. Así las cosas, la organización concedió a las dos deportistas el honor de subir al cajón como terceras clasificadas.
Finalmente fueron 22 las mujeres que participaron en CMSB. No son muchas, si las comparamos con los hombres, pero lo que está claro es que dieron un espectáculo maravilloso y difícil de olvidar.

Irina Batyreva, victoria importante en CMSB

La corredora rusa afincada en Barcelona vence en Prado del Rey

Gesto cansado de Fabiola Arévalo

Nosotros íbamos ya pensando en cerrar el chiringuito. Dejamos la música bajita para no molestar a los vecinos y a la vez amenizar, aunque sea susurrando, la llegada de los que iban a ir aterrizando en meta durante la noche. La segunda noche. Probablemente la más larga de Bandoleros. La inolvidable.

Las peticiones de matrimonio, un clásico de Bandoleros

Juan y Tristán celebrando estar juntos

A Kike le quedaban ganas de sonreír

Si nos fijamos en la noche, hay que fijarse también sin duda en el trabajo de John Ortiz de nuevo, que por su cuenta y riesgo se lanzó al monte para realizar una narrativa preciosa de esta carrera en video y en fotos.

La noche en las Presillas. Foto: John Ortiz

Foto: John Ortiz

A la mañana del domingo yo la llamo la mañana de los Walking Dead. El amanecer de los andares más siniestros. El dolor y el cuerpo a tierra. El agotamiento expresado en unos ojos que llegan y que parpadean despacio. El parpadeo eterno. El sueño, el cansancio… y detrás, la gloria. La medalla, la prenda y la Plaza de Prado del Rey al amanecer.
De lo que os cuente en estas letras nada os podrá emocionar tanto como verlo en directo. La última hora. Los últimos en terminar. La eterna poesía del sufrimiento.

Imposible evitar las lágrimas en meta

El farolillo rojo y cierre de meta.

Juntos cuesta menos

Ser uno mismo, ser un equipo

Así las cosas esto es Bandoleros. Una carrera distinta, por muchas razones, unas mejores y otras peores. Pero distinta.

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