Pinsapo Trail. Nuestro territorio alpino.

Pedro Chito

Lo genuino va a serlo siempre.
Y eso le pasa a “La Pinsapo”. Una carrera por montaña (lo podemos escribir con mayúscula si queréis) que el año que viene cumplirá diez años.
No es una casualidad que hayan llegado hasta aquí. Lo tienen todo y necesitan muy poquito más. Tienen la masa madre, la materia prima, la célula matriz de todo esto. Tienen montaña. Montaña bonita. Montaña pura.
Sin colorantes ni conservantes.
Y cualquier cosa que intente yo contar se quedaría corta. Así que paso a contaros de qué modo vivimos esta novena edición de Pinsapo

Tocaba madrugar un poquito para acudir a una de las citas marcadas en rojo desde hace mucho tiempo. No sólo por la carrera en sí, también por la gente que la pone en marcha. El cariño que recibimos en Yunquera es impagable. Gente de monte, que lo vive y lo disfruta. Gente que te hace sentir en casa siempre.
Amenazaba lluvia y asomaban cuatro gotas.
No pasó a mayores, afortunadamente.
A las 9:25 aquel cajón ya estaba a rebosar de gente entusiasmada con volver a correr por aquella Sierra, por aquel lugar. Gente entusiasmada con vivir de nuevo aquel recorrido y lo que se puede denominar como el climax del recorrido: El cortafuegos de Juanisco Huelva. Una subida que a pesar de ser un chispazo, “ná” (800 metros), acumula en torno a 300 metros positivos. Todo un regalito que catamos la semana de antes. ¿No lo viste?

Y salir, salieron.
Cuchillo en mano aquella partida de bandoleros fluorescentes, desafiaba a las primeras rampas de la carrera y empezaba la vigilancia de unos… y el disfrute de otros.
Ya sabéis que me gusta grabar como cuento pa’ tras y sobre todo me gusta daros ese último achuchón antes de que os metáis en el monte.

A las 10 y desde el mirador de Ceballos salía la carrera de cadetes y junior.
En cadete la victoria fue para Francisco García del Alpino, segundo Carlos Gallardo y tercero Álvaro Anillo. En la categoría Femenina se impuso la corredora serrana Lucía Algaba.
En la categoría Junior victoria para  José Antonio Doña Mena, segundo fue Isidro Fernández Elena y tercero José Luis Álvarez Cortes. En lo que a féminas respecta la victoria fue para la corredora local Beatriz Sánchez Zambrana, como segunda entró Tania Sánchez Zambrana y tercera clasificada fue Alba Osorio Mahic.
Mientras esto ocurría en Ceballos, en el recorrido iban los deportistas disfrutando de un día perfecto para la práctica de la carrera por montaña. Temperatura suave con nubes y unas nieblas en cotas bajas que regalaron paisajes de ensueño a los participantes.
En 3 horas 19 minutos y 36 segundos completó el recorrido el corredor del Olimpo Granada José Ángel Fernández Jiménez que se alzaba de esa manera con la victoria. Por detrás de él entraba Ignacio Salcedo con 3:23:29 y como tercer clasificado un deportista de la comarca, el burgueño Francisco Javier Cantero Río.

En lo que se refiere a mujeres la carrera estuvo liderada por Ana María Jiménez Gálvez, como segunda clasificada la corredora de Casarabonela Pilar Doblas Naranjo y como tercera clasificada la danesa Dorte Dahl que no pudo estar a su mejor nivel debido a un accidente en el que la internacional danesa sufrió un atropello que la dejó con las costillas muy tocadas. Le costaba respirar.
Hay que destacar que tras ellas tuvimos a dos insignes ultrafondistas andaluzas, Rafi Román y Laura Benítez que no quisieron perderse esta cita en las montañas de Andalucía.

Mientras íbamos componiendo clasificaciones y preparando la entrega de trofeos iban entrando corremontes felices y hambrientos. Se acercaba la hora del arroz y los rigores de Juanisco Huelva, Ventisqueros y Enamorados ya iban removiendo los estómagos que buscaban prestos el olor del sofrito.
Pinsapo Trail cuenta con un porcentaje altísimo de repetidores. Es una de esas carreras que si la haces una vez ya no te la quieres perder más. Los yunqueranos/as ponen toda la carne en el asador para que quienes visiten su pueblo se vayan felices.
Por cierto, hablando del asador, por aquellas cosas de la vida terminé en “La Cocina del Zarcillos”, comiéndome un pedazo de ternera que… ¡¡¡Mamma mía!!!… qué cosa tan rica.

Y así fue como un año más, pusimos fin a nuestro paso por una carrera que sólo por su nombre ya me tiene ganado el corazón.
¡Cuántas bocatas me he zampado a la sombra de un pinsapo!
Cosas de un serrano…

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